Descubrí esta receta hace tres años y me encantó: tienen una textura diferente a cualquier otra que haya probado y un sabor suave que gustará a todo el mundo. Si te gustan más especiadas, sólo tienes que poner un poco más de jengibre y canela, y añadir un poco de clavo.
Aquí tenéis la vídeo receta:
Ingredientes:
600 g harina normal (=floja)
1 cucharadita de bicarbonato sódico
190 g melaza
1 cucharadita de jengibre en polvo
1 cucharadita de canela en polvo
200 g mantequilla
250 g azúcar glas
3 huevos
100 g más de harina normal (=floja)
Elaboración:
Mezclar los 600 g de harina con el bicarbonato. Reservar.
Poner la melaza, el jengibre y la canela en un cazo a fuego máximo. Remover hasta que hierva. Retirar del fuego y añadir la mantequilla. Remover hasta que se disuelva.
Poner el azúcar y los huevos en el robot de cocina a velocidad media con gancho de masa. Ir vertiendo la mezcla de melaza y especias. Ir añadiendo la mezcla de harina y bicarbonato a cucharadas.
Pasar a bolsitas de plástico estiradas y dejar reposar en la nevera mínimo toda la noche, máximo dos semanas.
Espolvorear la mesa con harina y amasar la masa hasta que tenga consistencia de plastilina. Dividir en dos partes iguales.
Estirar cada parte entre dos papeles de horno con un rodillo con guías a 6 mm de grosor.
Dejar en la nevera al menos 2 horas.
Como es muy pegajosa, al sacarla de la nevera conviene cambiar el papel de horno de la base y dejar 5 minutos en el congelador.
Cortar con cortadores y hornear a 180ºC durante unos 12 minutos. Aplastar las galletas al sacarlas del horno y dejarlas enfriar sobre una rejilla.
Trucos / consejos / comentarios:
Para decorarlas he utilizado mi receta de glaseado.
Estos son los cortadores que he utilizado: