26 ago 2011

Viaje a Nueva York: días 6, 7 y 8

DÍA 6: 

Cogimos el metro para ir a Battery Park, desde donde se coge el ferry para la Estatua de la Libertad, pero antes de ir allí nos pasamos por la Trinity Church y por Wall Street (aún no había gente tirándose por las ventanas, parece que de momento la crisis no es tan chunga:-P). Y desde ahí podríamos habernos acercado paseando a la Zona Cero, que está cerca (algo más al este), pero yo no lo había conseguido localizar en el planito y en cualquier caso me habían dicho que no había mucho que ver: un solar con un edificio en construcción. Paseando vimos un puesto con muchísimos libros ¡y tenían el de Bakerella de "Cake Pops" que quería comprarme desde hacía tiempo por sólo 10,99 $! Así que compré este y otro de cupcakes:


A continuación tomamos el Ferry hasta la isla de la Estatua de la Libertad:


Pasamos dentro del pedestal de la Estatua y después tomamos el ferry. Nos bajamos, por error, en Ellis Island, donde está el Museo de la Inmigración (entrada gratuíta) que, en mi opinión, no es gran cosa. Y de nuevo al ferry para volver a Manhattan. 

Fuimos caminando hasta el Puente de Brooklyn (hay un buen paseíto...) y nos encontramos con una tienda de Abercrombie&Fitch en el 199 de Water Street. Os lo cuento porque la tienda de la 5ª Avenida tiene cola para entrar desde antes de que abran y continúa durante todo el día ¡tremendo! y nosotros no habíamos entrado porque hacer cola para entrar en la Estatua de la Libertad vale, pero para entrar en una tienda... como que no. La de la 5ª Avenida es como la que vimos en Londres (que yo confundí con una discoteca, en serio): con un tío medio en bolas en la puerta haciéndose fotos con los clientes, música a tope y oscuridad de cueva. Pero la de Water Street no sólo no tenía cola y se podía visitar sin recibir codazos, sino que además tenía algo más de iluminación y sonido de música moderado, así que aprovechamos para hacer compras. Como pega: en esta de Water Street no tienen ropa de niños.

Al llegar al  Puente de Brooklyn aún nos quedaron ánimos para caminar por el carril peatonal:


Y luego nos fuimos a comer y reponer fuerzas en La Esquina/The Corner (entre Kenmare y Lafayette), un restaurante mejicano que me recomendó La 5th y que nos gustó pese a que todo lo que pedimos, excepto la yuca, resultó ser picante ¡olvidamos decir que no queríamos picante!


De allí volvimos a Dean & Deluca, que nos había encantado el día anterior:



Y donde presentaban los tomatitos, como podéis ver, en ¡las mismas cajitas color turquesa que yo me había comprado en Bake it Pretty! Y que tenían hasta en los mercadillos callejeros, como veréis a continuación.

Continuamos paseando por el Soho:


Y continuamos hasta Tribeca que, en mi opinión, no tiene mucho interés.

DÍA 7:

Tomamos el metro hasta Union Square y entramos al Whole Food Market. A la salida vimos el mercadillo con las cestitas turquesa (que dan con la fruta):


Pasamos por Max Brenner (Broadway entre la 13rd y la 14th St.), una chocolatería/cafetería que me había recomendado P. y seguimos hasta el barrio de Chelsea, muy agradable:


Entramos al Chelsea Market (16th st con 9th Ave), que nos encantó:


Y dentro del que estaba la tienda ¡de Eleni's cookies! ¡Síiiii!:


Fijaos qué forma tan original de hacer un bikini con una galleta en forma de óvalo:


Y, esto os lo tengo que contar... igual os ha pasado como a mí alguna vez al decorar galletas que, al secarse, se quedan como manchas de humedad. Es algo que me desespera, cuando eso sucede las tiro a la basura a pesar de todas las horas de trabajo que me han llevado. Lo relaciono con la humedad en el ambiente pues me ha sucedido sólo y siempre cuando llueve. Bueno ¡pues a Eleni's también le pasa! Fijaos en estos dinosaurios (los dos de la derecha y abajo)...


Y sobre todo en esta, que se aprecia mejor (los dinosaurios estaban detrás de un cristal y se ve menos nítido):


¡Sí! ¡Y no sólo no las tira sino que las vende! Creo que a partir de ahora trataré de no ser tan exigente conmigo misma :-)

Salimos de allí y nos llamó la atención un local de Dougnut Plant (en el 220 Wst de 23rd St.), con una decoración encantadora y unos donuts... ¡¡qué donuts!! Si vais por allí, no dejéis de probarlos:



Y luego viví una de mis mejores experiencias en Nueva York, jajaja ¡Visitar la tienda NY Cake Supplies! En el 56W de la 22nd St.


Madre mía, no os lo imaginais, es el paraíso... qué cantidad y variedad de cortapastas, sólo viéndolos me pasé casi 20 minutos (suerte que Julián y Daniel son unos benditos caídos del cielo). Y luego todo lo que podáis imaginar: azúcar de infinidad de colores, perlitas comestibles, brillantina, colorantes, moldes... ¡para volverse loco! Yo quería quedarme a vivir allí:


Mirad qué porta-cupcakes... ¡si no fuera por lo que abulta, habría adoptado uno!


Traté de contenerme pero aún así cuando fui a pagar: 81,21 $. Esto fue lo que compré... que mirándolo así no parece tanto, pero cuando pienso en que este vicio es caro imagino que más caros son otros que afortunadamente no tengo, como el golf o los coches de lujo, jejeje:


Los minicortapastas me encantaron, y tenían un montón. Son geniales para hacer galletitas para decorar cupcakes ¡estoy impaciente por estrenarlos! Como el molde para chocolate, del que salen mini-tabletitas.
Y además compré estas figuritas comestibles de Bob Esponja. Los regalices (de cereza amarena, con sabor a chupa-chups de Kojak, riquísimos) los compré en Dean & Deluca (¡los había de todos los sabores que os podáis imaginar! También de chocolate) y el resto de cosas son de súpers, de Dylan's Candy Bar y de la tienda de M&M´s:


Después volvimos a pasar por Times Square (nos ha encantado...):


Descansamos un ratito en el hotel y nos acercamos paseando a la Grand Central Station (la de "Los intocables de Eliot Ness"), donde está el Grand Central Market:


Además de un montón de tiendas por sus enormes pasillos y corredores, y una planta sótano (Dining Concourse) con cafeterías, restaurantes y ¡Magnolia Bakery! Donde se puede ver cómo untan el buttercream en los cupcakes (yo miré atentamente para aprender ¡ojalá me queden así de bonitos cuando lo intente!):


Nos tomamos estos dos cupcakes, con ayuda de un Playmobil de Daniel:



Nos gustaron pero, no sé si es que estoy mutando o es que realmente el buttercream es too much pa my body, pero el caso es que me parecieron un poco pesados, no como los de Primrose Bakery en Londres, que me encantaron.

DÍA 8:

Nuestro último día en Nueva York... desayunamos en Au Bon Pain (tienen establecimientos por todo Manhattan), que nos encantó (este cupcake no se me hizo pesado, estaba delicioso):


Volvimos de nuevo a FAO Schwarz:



Donde le compré una chupa de cuero chulísima a Morris (¡venden la ropa para los Muppets también suelta!) y Daniel y yo bailamos sobre el mítico piano. Seguimos hasta Central Park, donde pasamos un par de horas paseando y descansando (ahí estoy con mis Adidas neoyorkinas, jeje):


Última visita al Rockefeller Center que, por cierto, en su planta sótano tiene un montón de tiendas, restaurantes y cafeterías. En él está el Top of the Rock al que nosotros no subimos porque con las vistas del Empire State Building nos bastó.


Y en taxi al JFK para tomar nuestro vuelo de vuelta a Madrid ¡todo lo bueno se acaba! Pero esperamos repetir pronto, además preferentemente en otra época del año en que los billetes de avión no sean tan carísimos como en agosto (¡más de 860 € cada uno! hicimos el primo... :-P).

Por último un par de cosas curiosas que vimos en el súper:



Con esto terminan mis aventuras al otro lado del charco, espero que hayáis encontrado cosillas interesantes. Y ahora ¡a estrenar mis nuevos cacharritos y a cocinar!

25 ago 2011

Viaje a Nueva York: días 4 y 5

DÍA 4: 

Empezamos yendo a uno de los lugares que más ganas tenía de visitar ¡la tienda de juguetes FAO Schwartz! en la 5th Ave. con la 58th St. (muy cerca de Central Park). Llegamos a la hora a la que abrían, a las 9:30 (las 10:00 en domingo) y ... ¡era aún mejor de lo que esperaba! No es la tienda más grande de juguetes que he visto, pero es sin duda para mí la mejor de todas, un sueño. Y aquí me tengo que explayar un poquito con las fotos... Ya la entrada es preciosa:


Tienen unos dibujitos de un robot y un soldadito que son una monada y que utilizan para juguetes, camisetas y demás artículos de su propia marca (¡Aaaah..!. quiero hacer galletas con ellos):


Y una zona de chuches con algunas bastante curiosas... Pero lo mejor de todo, para mí ¡la zona de los Muppets!


Me chiflan los Muppets, de siempre. Tengo unas cuantas Peggys por casa. Hace tiempo me hablaron de esto y entré en la web donde te puedes hacer por ordenador el muñequito a medida eligiendo el modelo, el pelo, los ojos, la ropita... ¡más de 1.000 combinaciones posibles! Pero no hacen envíos a Europa.



Así que cuando llegué allí no pude resistirme ¡encima los habían bajado de precio! De 125 $ el pack completo a 99 $ (108 $ con los impuestos). El pack incluye un librito en el que, con adhesivos reutilizables, diseñas tu propio muppet (¡¡¡síiiiii!!!), el muñequito con sus accesorios, una bolsita para guardarlo y un palo para moverle la mano. Aquí está Morris (así le hemos llamado) en pleno proceso de fabricación:


Este fue uno de los días más felices de mi vida ¡Ya estoy pensando en ir diseñando otro con el librito para cuando vuelva!

También tenían una zona dedicada ¡a Harry Potter! No sé quién disfrutó más, Daniel o yo:


A continuación fuimos a Bloomingdales, cerca de FAO Schwarz, otros almacenes tipo El Corte Inglés pero de lujo, demasiado pijo para nosotros, así que aunque nos sacamos el bono descuento para visitantes (como en Macy's, el 10%) no compramos nada allí.

Y luego a Serendipity 3, que está muy cerca, en la 60th St. entre la 2nd y la 3rd Ave. Abren a las 11:00 y suele haber cola en la puerta, así que conviene reservar. No obstante no está en Opentable para reservas online (o yo no fui capaz de localizarlo) así que nos pusimos a la cola y mereció la pena. El local está decorado de una forma muy curiosa, el ambiente es muy agradable y la comida buenísima a un precio razonable:


Aquí Daniel, Morris y yo en Serendipity 3:


Al salir de allí pasamos a una gran tienda de chuches que nos había llamado la atención, Dylan’s Candy Bar, una chulada: 


Luego cogimos el metro a Harlem, porque pese a que Daniel y Julián no estaban por la labor yo quería ver cómo era... y tuve que darles la razón: allí no había nada que ver (en mi opinión). No me pareció peligroso (a esas horas, era por la tarde temprano), ni pintoresco, sólo algo deprimente. Así que al final no fuimos a ver ninguna misa gospel como yo quería, porque ni siquiera sabíamos a qué hora eran. Por si tenéis intención de ir, leí en algún lado que la “Antioch Baptist Church” (515 West 125th Street) no es la típica de turistas y está bastante bien.

Y la vuelta ¡visita al Empire State Building! Subimos primero a la planta 86, en la que hay un mirador sin cristal con unas vistas increíbles.





 Y luego a la planta 102, más pequeña y acristalada (por lo que las fotos no salen muy bien).

DÍA 5:

Empezamos yendo al Metropolitan Museum of Art (el "Met"), donde fuimos directamente a la zona de Egipto, que es siempre nuestra preferida:


Y cruzando Central Park llegamos al Museo de Historia Natural (el de "Noche en el Museo", una peli que Daniel ha visto mil veces):


Después cogimos un taxi (6 $, 7 $ con la propina: ya veis que no salen caros - el metro para los dos, Daniel no paga aún, nos habría costado 5 $) a PJ Clarke’s, un restaurante con unas hamburguesas fantásticas (Broadway con la 63th St.):



Y de allí dimos un paseo hasta Bed, Bad and beyond (menaje del hogar, tenían alguna cosilla interesante) y Pottery Barn, una tienda con cosas para el hogar de la que me habían hablado pero que no me pareció gran cosa.

Cogimos el metro y nos fuimos a Chinatown (Canal Street, Mott Street...), una zona muy pintoresca y con tiendas y súper muy curiosos. En cuanto salimos del metro se nos acercó un chino ofreciéndonos algo de lo que ya nos habían hablado: bolsos de imitación, pero pasamos.




Continuamos paseando por Mott Street hacia el norte, hasta Little Italy (un barrio bastante pequeño):


Y de allí al Soho, donde hicimos nuestra primera incursión en Dean & Deluca, una tienda delicatessen genial donde tenían estas chuches con forma de Lego ¡que encajan de verdad! (y que también vendían, por cierto, en FAO Schwarz aunque más deslucidas) y que me recuerdan en sabor y textura a los caramelos de pez ¡buenísimas! Nos llevamos tres bolsitas:



Y riquísimos también los regalices con sabor a manzana verde (los de mango no tanto) ¡Una forma estupenda de terminar el día!