Nota antes de empezar: Nuestra experiencia ha sido con Royal Caribbean. Si alguien lo ha hecho recientemente con Costa Cruceros le agradecería muchísimo que me contara si hay diferencias (jguarchg@gmail.com) para añadirlo también al post. Edito el 02/09/16: Mi amiga Montse ha vuelto de su crucero con MSC, similar al nuestro en cuanto a duración y recorrido, y no hay muchas diferencias en restaurantes, turnos de cena, piscinas, tumbonas, hora para embarcar, bebidas, etc. Lo que sí es distinto es que todo lo dicen en varios idiomas (en Royal Caribbean sólo en inglés y, sólo a veces, también en español). Sin embargo ella sí ha vuelto con ganas de repetir: está claro que influye mucho el gusto de cada persona.
Tras mucho mirar y comparar por internet... estábamos cada vez más liados. Así que fuimos al Corte Inglés y lo contratamos allí: el precio era similar al que habíamos visto por internet. Lo que sí teníamos claro es que queríamos que fuera con Royan Caribbean, porque era la compañía de la que mejor nos habían hablado.
El precio total fue de 3.860 € por nosotros tres, 8 días/7 noches, en camarote exterior. Por Daniel sólo nos cobraron el billete de avión y las tasas, y podríamos haber llevado otro acompañante (de cualquier edad) en las mismas condiciones: duermen el sofá-cama.
En cuanto al itinerario: En el folleto de El Corte Inglés figuraba una escala más y un único día de navegación. Nos dimos cuenta del cambio (dos días de navegación: el tercero y el séptimo) una vez contratado el viaje. Os lo digo para que os fijéis bien y no os llevéis la sorpresa como nosotros. A nosotros los días de navegación nos parecieron días perdidos.
Cosas que conviene saber antes de hacer el crucero:
- Bebidas: Todos los cruceros incluyen en el precio agua muy buena (sabe como la de Madrid), agua coloreada con un ligero sabor, leche, cafés, infusiones y además zumo de naranja durante el desayuno. Lo que no incluyen es Coca-cola, Fanta, cocktails, etc. Estas bebidas no incluidas pueden pagarse individualmente (por ejemplo comprar una Fanta suelta: 3 $) o bien contratar algún paquete de bebidas para todo el crucero (en plan "bufet libre", desde 59 $ por persona al día). A nosotros no nos compensó coger ningún paquete, nos bastaba con las incluidas.
- Comidas: Hay un restaurante buffet abierto a todas horas, sin mesas asignadas. Y un restaurante para la cena donde te dan a elegir entre varios entrantes, platos principales y postres, con un turno asignado (18:30 ó 21:00) y mesa asignada. La comida de este restaurante es de mejor calidad que la del restaurante buffet. No nos dejaron elegir turno (nos lo asignaron sin más) y nos tocó el de las 18:30, que para nosotros es la hora de la merienda. La tercera y la sexta noche hubo "cena formal" (o cena de gala), que resultaron ser iguales que las demás, sólo que la gente iba vestida como para una boda. Nosotros habíamos decidido no llevar "ropa de boda" por una parte porque nos parecía absurdo, y por otra parte por la historia de cargar con ese tipo de ropa en un viaje, así que fuimos con ropa normal (Julián vaqueros negros y camisa, Daniel bermudas y polo, yo camiseta blanca y pantalones largos) y pudimos pasar sin problema (nuestro plan B era cenar en el resturante buffet). Además hay un par de restaurantes de pago. Y si lo deseas puedes llevarte comida a la habitación o puedes pedir que te la lleven. Arriba fotos del buffet, abajo fotos de los platos restaurante de la cena:
- Internet: Lo puedes contratar por tu cuenta en el barco desde cualquier terminal (portátil, tablet, smartphone...). Simplemente seleccionas la red y te das de alta en la tarifa que elijas. Lo cargan a la cuenta de la habitación. Nosotros cogimos un paquete de wifi rápido (surf + stream, aún así era muy lento) para todo el crucero (7 días/8 noches) por 125,93 $, Era el de paquete de un sólo dispositivo: se puede usar en diferentes terminales pero no de forma simultánea, por ejemplo te conectas al wifi en el portátil y cuando desconectas te puedes conectar en el smartphone. Si contratas el de dos dispositivos es casi el doble.
- Mareos: El movimiento del barco se nota un poco, a veces más y a veces menos. Por una parte hay una vibración a través de la silla, cama o tumbona cuando estás sentado o tumbado, y por otra parte hay un poco de bamboleo. Es una sensación rara, pero no necesariamene desagradable: a Daniel y a mí no nos molestaba. Pero Julián, que se marea incluso en coche (a menos que conduzca él), estaba un poco paranoico, así que aunque nunca se mareó si se tomó alguna Biodramina por si acaso.
- Pagos: Se puede elegir pagar con tarjeta o en metálico. Tanto en un caso como en el otro el pago no se hace efectivo hasta el final del crucero (excepto si superas los 500 € en metálico, que hay que pagar y empezar de cero). Nosotros elegimos pagar con tarjeta.
- Excursiones: Hay un montón en inglés y una en español para cada destino. Son caras, las "españolas" iban desde 69 $ por adulto (53 $ por niño hasta 12 años) hasta 105 $ por adulto (78 $ por niño), a lo que hay que añadir el 18 % de "propina" (obligatoria). Contratamos la excursión a Kusadasi, que incluía una comida turca, por 360 $ los tres (Daniel ya cuenta como adulto, snif). En la web "Shore2shore" se pueden contratar excursiones a mejor precio, pero sólo para determinados cruceros (el nuestro no estaba).
- Enchufes: No es necesario llevar adaptador, hay enchufes como los de España.
- Baño: Hay secador de pelo en los camarotes. No había gel de ducha ni champú pero lo pedimos y nos dieron varios botecitos (gratis) sin problema.
- Idioma: Muchos empleados del crucero hablan español, pero no todos. Lo que sí hablan todos es inglés. Los avisos por megafonía son inglés y, a veces, los repiten en español.
- Actividades en el barco: Hay una piscina (sin toboganes ni ná) con 4 jacuzzis, totalmente insuficiente para los casi 2000 huéspedes. El spa en realidad es otra piscina, sólo que cubierta, con dos jacuzzis; los tratamientos son de pago y muy caros. En el teatro hacen actuaciones casi todas las noches, sobre todo música (no hay que pagar nada adicional). Hay un gimnasio con bicis estáticas, cintas para correr o caminar, elípticas, pesas, etc. (también inlcuido en el precio) Hay tres mesas de pin pong. Un casino (=sala llena de tragaperras). Y una pantalla de cine junto a la piscina en la que proyectan películas en inglés durante la noche. A veces hacían actividades como elegir al hombre más sexi del crucero o enseñar a bailar salsa. En la tele sólo hay un canal en español, es de noticias que se repiten en bucle; hay otros canales en inglés, francés, italiano, etc, pero ninguno muy interesante: acabábamos viendo los juegos olímpicos en inglés (pura desesperación). La foto a continuación la hicimos en la escala a Mikonos, aprovechando que la gente había desembarcado y las zonas comunes estaban casi vacías:
- Información: Cada noche en la cena (... merienda) el camarero te informa de cosillas de interés para el día siguiente, como los horarios del desayuno, la hora de llegada al puerto, etc. Además cada noche dejan sobre la cama un folleto en inglés o en español (como uno elija) con toda esa información y más sobre el día siguiente.
Día 1: El avión salía a las 8:00. Era un vuelo chárter (no se puede hacer check-in online) por lo que nos dijeron que debíamos llegar al menos con dos horas de antelación. Llegamos a las 6:00 y éramos los primeros... no habría pasado nada por llegar más tarde. El vuelo era exclusivamente para los que íbamos al crucero de Royal Caribbean.
Inciso: me mareé con desmayo y vómito a lo niña del exorcista incluido. Fue la azafata quien vio que estaba desmayada: Julián estaba en modo zhen y Daniel dormía en mis rodillas.
Fue un encanto. Me contó que después de 15 años volando, ella se había mareado hacía poco en otro vuelo chárter, y es que la presurización de estos aviones (pequeños) es peor y se puede sufrir "mal de altura". Veía lucecitas parpadeantes como en los dibujos animados y me sentía flojísima... fue horrible, argh.
Llegamos a las 10:30 a Venecia. Entre recoger la maleta facturada, tomar el autobús de Royal Caribbean al barco y embarcar (hay que hacer una larga cola para recoger las tarjetas) se va muchísimo tiempo: entramos al barco sobre las 13:00.
Fuimos a nuestro camarote, comimos, dimos una vuelta por el barco para ver el gimnasio, el spa, la cubierta... y luego asistimos a una charla que dieron en español para contarnos cosas sobre el crucero, como el tema de las propinas y dónde contratar las excursiones. A continuación tuvimos que participar (todos) en un simulacro de evacuación. Y después el barco zarpó (a las 17:00). Total, que no hay tiempo para visitar Venecia en condiciones, una pena.
Día 2: Dubrovnik (Croacia). La moneda es la "kuna croata" pero en casi todos sitios aceptan euros: dividen el importe en kunas entre 7. Así que nosotros no cambiamos moneda. Por el traslado en taxi del puerto al centro de la ciudad se paga una tarifa de 13 € (en euros y en metálico). El interior de la ciudad (lo que está dentro de la muralla) no es muy grande y es totalmente turístico. No tardamos mucho en recorrerla varias veces, así que volvimos pronto al barco y pudimos estar un rato de la piscina aprovechando que había poca gente.
Por la noche fuimos a ver un musical sobre Broadway (con canciones de Cats, Chicago, etc.) al teatro del barco.
Día 3: Navegación. Cambiamos de franja horaria: añadimos una hora al reloj (traducción: hay que madrugar más, argh). Las instalaciones, especialmente la piscina y los restaurantes, se quedan pequeñas para los casi 2.000 huéspedes del barco. No había ni tumbonas libres, así que acabamos metidos en camarote, donde al menos podíamos sentarnos y tumbarnos. Por la noche en el teatro hubo un concierto con canciones de Abba.
Día 4: Kudasai (Turquía) ¡Asia! Nuestra primera vez (y espero que no última) en Asia. La moneda es la "lira turca", pero se puede pagar en euros dividiendo aproximadamente entre 3,3. Tampoco cambiamos moneda. La excursión que habíamos contratado salió a las 9:45. Fuimos en autobús a visitar la reconstrucción de la supuesta casa donde vivió la virgen María, a nosotros que somos ateos ni fu ni fa, pero durante el viaje el guía (turco descendiente de los judíos sefardíes expulsados en 1492
de España) nos fue contando cosas muy interesantes sobre Turquía. Luego fuimos a visitar las ruinas de Éfeso.
Después como quien no quiere la cosa nos llevó a una tienda de chaquetas de cuero de oveja, donde supuestamente el valor real de las más baratillas era de unos 1.500 $ pero como la cosa está muy mala y éramos muy majos nos las dejaban a mitad de precio (una ganga, vamos... ejem). A continuación a un buffet de un garito de Royal Caribbean con comida regulera y esto fue una gran decepción para nosotros que esperábamos comer en un verdadero restaurante turco. Y por último a una tienda de alfombras turcas, y aquí amigos es donde caí.
A mí que nunca me han llamado la atención las alfombras, ni turcas ni españolas. Yo que no entendía la pasta que se dejaba la gente que iba a Turquía en una alfombra. Que a punto estuve de ni entrar en la tienda. Me dejé 2.500 euracos en una alfombra turca de seda en tonos azules y dorados tejida a mano durante 2 años (o eso nos dijeron... vete a saber). Daniel y yo nos enamoramos de ella ¡era tan bonita y tan suave! según desde dónde la mirabas se veía más clara o más oscura
♥ Julián estaba muy cabreado y no quería ni oir hablar de comprarla, creo que hacía el cálculo en impresiones comestibles. Pero esto resultó una suerte porque éramos como el poli bueno y el poli malo, y es que al principio nos pedían por ella 5.500 $. Claro que el hecho de que bajaran a 2.500 € me hace dudar de todo, la verdad...habrá a quien se la cuelen por el doble y lo mismo habrá a quien se la vendan por la mitad. En unas 8 semanas llegará a casa (se encargan de enviarla y de pagar la aduana) y espero hacerle fotos que le hagan justicia para que veáis lo "bonica" que es. Julián, para desahogarse, se compró una chaqueta de cuero igual que las que habíamos visto pero por 220 €; empezaron pidiéndole 350 € pero ya sabiéndonos la historia hice yo de poli malo.
Día 5: Mikonos (Grecia). El barco no atracó en el puerto, sino que había que tomar lanchas para bajar a tierra. Las lanchas las pone Royal Caribbean, sin coste adicional. A Julián le daba miedo marearse así que no bajó, snif. Fuimos sólo Daniel y yo. No hay mucho que ver allí mismo (calles llenas de tiendas blancas y azules) y no queríamos coger un bote a Delos para ver las ruinas, así que paseamos por sus calles durante aproximadamente una hora y luego volvimos al barco.
Lo bueno es que por primera vez pudimos meternos en uno de los jacuzzis del barco, que sólo se quedan libres cuando la gente baja a tierra.
Día 6: Katakolon (Grecia). Un poco como Mikonos en el sentido de que allí mismo hay poco que ver, en este caso tres calles paralelas con tiendas y terrazas. Desplazarse hasta las ruinas de Olimpia (cuna de los juegos Olímpicos) lleva unos 45 minutos en coche (otros 45 minutos de vuelta), había una cola tremenda para coger taxi, llegamos a puerto a las 10:30 y había que estar embarcados a las 16:30. Así que de nuevo volvimos pronto al barco y aprovechamos para disfrutar del jacuzzi y la piscina. De 21:30 a 22:15 vimos un musical de los 70 en el teatro del barco.
Día 7: Navegación, es decir, día en el camarote viendo las Olimpiadas porque la piscina, los jacuzzis y las tumbonas están petados. Volvemos a nuestra franja horaria: quitamos una hora al reloj.
Día 8: Venecia. A las 8:00 sale nuestro autobús (de Royal Caribbean) al aeropuerto. Nuestro vuelo sale a las 11:30 y llegamos a Madrid dos horas y cuarto después.
Conclusiones:
Nos alegramos de haber hecho este crucero porque queríamos tener esta experiencia y por fin nos hemos quitado la espinita. Pero no repetiremos.
En la mayoría de destinos hay poco que ver allí mismo y si contratas las excursiones (por ejemplo la de Katakolon que te lleva a Olimpia) la cosa se pone en unos 1.200 $ adicionales (cuatro días para tres personas). Si te vas por tu cuenta a los sitios de interés (Éfeso, Delos, Olimpia) te arriesgas a que si calculas mal, coges atasco, no encuentras transporte, o te surge algún percance te dejan en tierra: esto lo dejan claro el primer día, quien no está en el barco a la hora del embarque (que suele ser a las 16:00 ó 16:30) se queda en tierra, y es cosa suya conseguir billetes de avión para tomarlo en el siguiente destino.
Total, en mi opinión si lo que uno quiere es hacer turismo lo mejor es ir a un hotel o similar para no tener agobio con la hora. Si uno quiere estar en un jacuzzi, una piscina o ver un espectáculo aquí mismo en Madrid los hay mejores, sin tanta aglomeración y sale muuuucho más barato. Y si uno lo que quiere estar tumbado todo el día a la bartola en una hamaca con un mojito en la mano en un lugar paradisíaco lo mejor es ir a un lugar tipo la Riviera Maya (nosotros fuimos en 2002). A esto del crucero no le hemos visto ninguna ventaja.
Ya estamos pensando en nuestro próximo destino, de momento estamos entre viajar una semana a Tokio,
volver a Orlando con sus maravillosos parques temáticos o hacer un viaje con coche de alquiler por Escocia.