Ingredientes:
225 g de mantequilla a temperatura ambiente
140 g de azúcar glas
1 cáscara de naranja rayada finamente
1 yema de huevo ligeramente batida
2 cucharaditas de zumo de naranja
280 g de harina
1 cucharadita de jengibre molido
1 pizca de sal
115 g de chocolate negro troceado
Poner la mantequilla, el azúcar y la cáscara en el robot de cocina y batirlos con las palas planas. Ir incorporando la yema y el zumo mientras se bate. Tamizar la harina, el jengibre y una pizca de sal sobre la mezcla y remover lo justo para que quede incorporado. Hacer una bola con la masa, envolver en papel de film y dejarla en la nevera entre 30 y 60 minutos.
Precalentar el horno a 190 ºC.
Desenvolver la masa y extenderla entre dos hojas de papel de hornear hasta que tenga un grosor de 6 mm., formando un rectángulo. Dejar en el congelador durante unos 15 minutos.
Con un cuchillo afilado, recortar tiras finas y colocarlas en las bandejas cubiertas con papel de hornear dejando suficiente distancia entre ellas para que no se junten durante el horneado.
Hornear hasta que estén un poco doradas, unos 12-14 minutos, dejar un par de minutos en la bandeja y colocar después en una rejilla hasta que se enfríen completamente.
Poner el chocolate troceado al baño María hasta que se funda. Dejar que se enfríe, sin llegar a solidificar, y bañar las galletas hasta la mitad en diagonal. Colocarlas sobre la rejilla y esperar hasta que el chocolate se haya solidificado.
Trucos / consejos / comentarios:
Estas galletas son del libro "Con las manos en la masa... 100 recetas". En él se dice que la mantequilla, el azúcar y la cáscara se mezclen a mano (como el resto de ingredientes que luego se van incorporando), pero yo lo hice con un robot de cocina porque me resulta mucho más fácil así y creo que el resultado es mejor. También he añadido el paso de dejar la masa en el congelador, porque de otro modo la masa está algo pringosa, resulta difícil de cortar y su aspecto tras el horneado es peor.
Con el calor que está haciendo, una vez bañadas las galletas el chocolate no se endurecía, por lo que finalmente las puse en la nevera. Las saqué una vez enfriadas y el chocolate volvió a ponerse pringoso, esta vez con pequeñas burbujitas (como puede apreciarse en las fotos) que supongo que salieron por los cambios de temperatura. En definitiva: creo que esta receta es mejor hacerla en meses en los que no haga excesivo calor.