Si hay algo que me gusta... quiero decir, aparte del algodón dulce, los postres, los colores pastel, viajar, ir al cine, la esgrima, leer, hacer yoga, las cosas brillantes, escuchar música (seguro que me dejo algo)... son los parques temáticos.
Casi todos los años sacamos bonos para Warner o para Faunia o para el Parque de Atracciones o para todos ellos. Aquí en España tenemos parques temáticos fantásticos: mis preferidos son Warner, Terra Mítica, Port Aventura e Isla Mágica; así que no entiendo esa obsesión por irse hasta Disneyland París. Pensé que quizás la primera vez que estuve me llevé una impresión equivocada pero no, la segunda vez (hace dos años) tuve la misma: es una Warner con idénticas atracciones, aunque diferentes muñecos (Mickey en lugar de Piolín, por ejemplo), sólo que más cara, con colas 10 veces más infernales y con posibilidad de un tiempo asqueroso (lluvia y frío) incluso en agosto.
Pero si hay un lugar al que merece la pena desplazarse, aparte de Orlando (claro), esa es Baviera: Legoland Deutschland en Günzburg y el Parque de Playmobil de Zirndorf.
Legoland Deutschland es el parque temático que más me ha gustado en mi vida (sin contar los de Orlando). La única pega que le vi fue el transporte, no os aburro contándoos las desventuras que pasamos para llegar hasta allí desde Múnich ni para volver (cayó mi mito sobre la puntualidad y eficiencia alemanas)... parecía fruto de una pesadilla kafkiana; pero es posible que se tratara de problemas puntuales de (ley de Murfy) ese día. Así que, si como a mí os gustan los parques temáticos y Lego, os recomiendo este absolutamente.
Por culpa de los problemas con el transporte, no tuvimos tiempo de visitar todas las atracciones, y la que más lamento haberme perdido es esta ¡debía de ser increíble!
Aquí tenéis el plano del parque:
Cosas para comprar que me gustaron especialmente:
Aquí podéis ver lo que compramos en Legoland y también otras compras que hicimos por Alemania.
MiniLegoland: está a la entrada ¡todo está hecho con piezas de Lego! Es alucinante...
Daniel no hace más que preguntarme cuándo volvemos... y yo también lo estoy deseando. Así que, en cuanto supere el trauma del viaje Munich-Günzburg, allá iremos de nuevo.