Hacía mucho que tenía ganas de escribir sobre este parque temático, pero no encontraba el momento de ponerme a seleccionar fotos y subirlas ¡hasta hoy!
Hace un par de años estuvimos en el Funpark de París y nos decepcionó un poco: era una nave industrial acondicionada, con juguetes de Playmobil para jugar y una especie de juego de la oca en la que los niños eran las piezas. Claro que por el precio (creo recordar que 2 € la entrada) no se podía pedir mucho más. En cualquier caso a Daniel le encantó y se lo pasó genial:
Pero el de Zirndorf, (a tan sólo 11 km. de Nuremberg y 173 km. de Múnich), en el que estuvimos el verano pasado, es otra cosa ¡qué chulada! Si os gusta Playmobil tenéis que ir. Eso sí, los juegos (son más bien juegos que atracciones) están pensados para niños, una pena si eres como yo de los que se montan en cualquier lado. Aún así disfrutamos muchísimo: es todo precioso, la ambientación es genial, Daniel disfrutó muchísimo en todos los juegos, había un edificio enorme lleno de juguetes de Playmobil y el restaurante, y por último había una tienda con todos los juguetes y además artículos para fiestas: platos, vasos y servilletas de papel, manteles y vasos de plástico, guirnaldas... una pasada, yo me vine bien provista para el próximo cumple de Daniel:
Los juegos que más le gustaron a Daniel fueron uno en el que los niños extraían arena (como la de la playa) y la colaban como los buscadores de oro, para conseguir pequeñas piedras preciosas (que luego guardaba en su cofrecito de Playmobil) y otro en el que buscaban en el agua figuritas: cangrejos, conchas, reptiles, etc. Y también nos encantó una máquina en la que metías un céntimo, girabas la rueda, y te salía este alargado y con una impresión de Playmobil:
Y el precio es más que razonable: en nuestro caso fueron 8 € por persona (tanto niños como adultos) más 2 € por dejar el coche en el parking todo el día. Pero depende de la época del año: varía entre 2,50 € (tirado) y 10 € (sigue pareciéndome barato). Aquí están los precios y horarios. Cuidado porque en temporada de invierno (de principios de noviembre a principios de abril) sólo abren la zona cubierta (donde hay juguetes de Playmobil para que jueguen libremente los niños y un restaurante) y la tienda.
En el restaurante pegaban algo de clavada, pero sobre todo te llevas el susto porque cobran un depósito por los platos y los vasos, que luego te reintegran cuando los devuelves. Yo me quedé con dos vasos pequeños porque son una monada: se ve una imagen u otra según los muevas, y el depósito creo que eran 2 €/ud.
Tenían incluso zonas de castigo para los niños malos, ñiej, ñiej, ñiej:
En definitiva, un lugar genial para visitar, imprescindible para fanáticos de Playmobil como nosotros ¡espero volver algún día!
Si os gustan los parques temáticos, no os perdáis Legoland.