Adoro a Tintín, tanto su estética como sus aventuras. Crecí leyendo sus comics y recreando sus historias con mis Playmobil. Así que ahora que Daniel se ha enganchado con sus comics y me ha dicho que de mayor quiere llamarse Tintín, yo sonrío de oreja a oreja. Prefiero mil veces que le tome a él como modelo antes que, por ejemplo, a Shin-chan...
Estas galletas son mi pequeño homenaje a Tintín. Como me encantan el color turquesa y también las flores chinas, elegí el famoso dibujo del jarrón. Y también un primer plano de los dos amigos.
El jarrón lo pinté con colorantes que puse en una paleta de plástico y con pinceles finísimos. Me gusta el resultado y además el tinte no ha desteñido sobre el glaseado de la base (como temí que sucediera), así que seguro que repetiré con esta técnica.
Me gusta cómo quedaron los "Milús", desde luego su cara es más sencilla de hacer que la de Tintín.
Para que os hagais una idea del tamaño de estas galletas:
Daniel con su camiseta de Tintín (que le trajo mi tía de Bélgica) en Legoland Deutschland:
Ojalá hubiera un parque temático de Tintín... Lo más parecido hasta donde sé es el castillo de Cheverny, en la región del Loira (Francia), pero cuando llegamos allí (en agosto de 2009) pasaba un minuto de la hora de cierre y no nos dejaron pasar. En fin ¡una excusa más para volver por allí!







