500 g leche entera
1 cucharada de vainilla en pasta
40 g mantequilla
100 g harina normal
½ cucharadita de canela
2 yemas de huevo
2 huevos
180 g azúcar normal
35 g ron
Verter la leche con la vainilla en un cazo, llevar a ebullición y reservar.
Fundir la mantequilla y reservar.
Tamizar la harina con la canela y reservar.
Batir las yemas y los huevos con el azúcar (con varillas) hasta que blanquee.
Verter la mantequilla (que esté entre 40 y 50º C) en la mezcla anterior y seguir batiendo la mezcla hasta que esté bien integrada.
Verter una cuarta parte de la leche (que esté entre 45 y 55ºC) en la mezcla, alternado con la mezcla de harina y canela en cuatro tandas. Remover con cuidado cada tanda antes de añadir la siguiente.
Añadir el ron y remover bien.
Reservar bien tapado entre 24 - 48 horas en la nevera.
Untar los moldes con mantequilla o espray.
Sacar la mezcla de la nevera y batir (con varillas) durante 1 minuto antes de pasar a los moldes. Llenar cada uno con 75 g de la mezcla.
Precalentar el horno a 230°C y hornear durante 7 minutos (para que caramelice el exterior). Pasado ese tiempo bajar la temperatura a 170°C y hornear durante 50 minutos adicionales.
Dejar que se enfríen unos 5 minutos antes de desmoldar y dejar enfriar completamente en una rejilla.
Conviene comerlos en las primeras 5 horas tras sacarlos del horno.
Trucos / consejos / comentarios:
Este postre me llamó la atención desde que lo vi por primera vez en Pinterest por su aspecto tan jugoso y tierno y sólo me paraba el hecho de no tener los moldes. Por fin me decidí a comprarlos en My Karamelli y me alegro muchísimo de haberlo hecho ¡los voy a usar muchísimo! Pienso repetir esta receta un montón de veces 😋. Cuando veía las fotos creía que era una especie de bizcocho borracho pero no, es entre pudding y flan recubierto por una capa caramelizada ¡está tremendo!
Los canelés o cannelés bordelais son unos pastelitos típicos de la ciudad francesa de Burdeos. Su nombre viene de su forma cilíndrica con bordes estriados, ya que en gascón "canelat" quiere decir "canalón". Tradicionalmente se horneaban en moldes de cobre. Los canelés comenzaron a hacerlos a principios del siglo XVI las monjas del convento des Annonciades de Burdeos con ingredientes sobrantes: harina, azúcar, vainilla y ron de los buques que atracaban en el puerto de la ciudad, y las yemas de huevo de las bodegas de la región (que utilizaban las claras para clarificar el vino). Repartían los canelés entre los pobres o los vendían. La receta fue rescatada y popularizada en 1830 por un pastelero bordelés que lo convirtió en una especialidad de la ciudad.
Hemos repetido tres veces la receta hasta conseguir que los canelés quedaran a nuestro gusto: dorados por fuera (no negros) además de hechos y tiernos por dentro. La primera vez nos quedaron demasiado tostados por fuera, la segunda vez demasiado crudos por dentro y la tercera fue la vencida 😊 Hemos ido jugando con los ingredientes, la preparación y, sobre todo, con las temperaturas y tiempos de horneado hasta dar con la combinación perfecta. Pero como cada horno es un mundo es posible que tengáis que ajustar la temperatura en el vuestro horno: haced una primera tanda y, en función de cómo queden, la aumentáis o la bajáis para la siguiente tanda. Por otra parte si los queréis más caramelizados (más tostados) por fuera, ponedlos a 250ºC en lugar de 230ºC durante los primeros minutos.
Lo suyo es untar los moldes con cera de abeja para alimentación (no mantequilla ni espray), pero como no es algo fácil de conseguir los hemos hecho con espray, que es más rápido que la mantequilla y hemos visto que da el mismo resultado. Queremos ir a Riesgo Química (zona Callao, en Madrid) a comprarla ¡ya os contaremos qué tal!
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