Ingredientes:
200 g galletas
150 g mantequilla
500 g nata para montar
200 g queso Philadelphia
6 láminas de gelatina
150 g azúcar
Compota de arándanos
Triturar las galletas hasta reducirlas a polvo, añadir la mantequilla blanda y mezclar. Ponerlo en la base de un molde de 23 cm., apretando con los dedos.
Trocear las 6 láminas de gelatina y ponerlas en un vaso con agua fría para que se hidraten.
Batir la nata hasta que esté un poco montada. Añadir el queso y volver a batir.
Poner la gelatina con el vaso de agua en un cazo a calentar a fuego lento y remover constantemente hasta que esté totalmente disuelta. Verter en la mezcla anterior y batirlo todo junto. Añadir el azúcar y batir hasta que esté muy líquido.
Verterlo en el molde, con suavidad para no levantar la base de galleta, y meter la tarta en la nevera hasta el día siguiente.
Desmoldarla y cubrirla con la compota de arándanos.
Trucos / consejos / comentarios:
Con la cantidad de galleta indicada en la receta original (100 g) sólo tuve para rellenar la base de un molde de 18 cm. Y luego no me cupo en él toda la mezcla de queso. Así que he modificado la cantidad de galleta para utilizar un molde de 23 cm. porque además ¡la gente se quedó con ganas de más! Y es que está tremendamente buena, una de las tartas más ricas que he probado jamás.
Utilicé unas galletas "Speculoos" que me trajo mi tía de Bélgica, porque allí son las que utilizan para las bases de las tartas. Son de marca Carrefour, así que espero encontrarlas aquí y es que quedan realmente bien para esto, aún mejor que las María o las Digestive para mi gusto. Las trituré y mezclé con la mantequilla con la Thermomix.
Una vez la dejé en la nevera caí en la cuenta... ¡no sabía cómo iba a desmoldarla! no sé vosotros, pero a mí este momento me pone a menudo los pelos de punta, porque una tarta puede quedar genial pero luego destrozarse al intentar sacarla del molde para pasarla al plato. Así que me acosté dándole vueltas a cómo hacerlo... y según me levanté fui corriendo a ver si funcionaba mi "invento":
Primero despegué la tarta del lateral del molde con ayuda de un pequeño cuchillo y quité el lateral con cuidado. Entonces puse papel de hornear sobre un plato de plástico (muy ligero), lo coloqué sobre la tarta y volteé esta. Retiré la base del molde y el papel de hornear que había puesto en esta para evitar que se pegara la galleta (lo prefiero a untar el molde de mantequilla, es más efectivo). Puse el plato en el que iba a servir la tarta sobre la base de esta y la volteé de nuevo. Por último retiré el plato de plástico y el papel de hornear. ¡Funcionó perfectamente!
1 comentario:
¡Muchísimas gracias! Suena delicioso... me la he copiado e imprimido y probaré a hacerla cuanto antes, así que dentro de poco la verás publicada.
¡Gracias! Un abrazo,
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